Funcionamiento del GODF
Las Logias, los rituales, los poderes judiciales, legislativos, ejecutivos, el trabajo, las filiales… El G.O.D.F. es también una estructura democrática bien lubricada como garantía de la perennidad de su acción.
El G.O.D.F. no es una asociación compuesta de miembros, sino una federación de Logias. Estos son la base del vínculo asociativo entre los hermanos, que encuentran regularidad y reconocimiento.

De hecho, son ellas las que otorgan la Iniciación, recogen la capitaciones, y sirven como mediadoras entre la estructura administrativa y el individuo. Ellas constituyen la célula fundamental del poder, ejercido en el principio básico de «una Logia, un voto».
Puesto que en el G.O.D.F. la Logia Azul, el taller, con sus aprendices, sus compañeros y maestros sigue siendo la fuente, si no la sede de la soberanía, del pensamiento de la inmensa mayoría de los hermanos, la obediencia existe, en resumen, sólo a partir de una delegación de poderes, más o menos importante y revocable según los casos.
Y es en el interior de esta célula donde se goza de autentica autonomía, en donde cada uno ejerce su libertad y su poder, sobre bases igualitarias. Es por eso que a veces se habla de un masón libre en una logia libre.
La fórmula es probablemente excesiva: además del prestigio de sus elegidos, la obediencia tiene considerables poderes administrativos y, aún más importante, su función reguladora en todos los asuntos que afecten a la creación o cierre de logias y los rituales es considerable.
Sin embargo, es cierto que el G.O.D.F., aun teniendo una estructura unitaria y centralizada, no existe más que por y para sus Logias y que a pesar de las antiguas fórmulas pomposas y ceremoniales, que algunos entienden como signos jerárquicos y rígidos, funciona más como una democracia directa.